Hace ya muchos años que elegí la profesión de ilustradora.
Desarrollar mi creatividad, expresarme a través del dibujo y jugar, sobre todo jugar, fueron algunas de las razones. El aburrimiento no forma parte de mi trabajo. Si en algún momento sentarme delante de mi tableta a crear es más un “puffff” que un momento de relajación me paro y pienso…
“No, por ahí no”.
Estos últimos meses he estado trabajando en el realismo; un realismo “a mi manera” porque la esencia es la esencia y eso siempre mejor conservarlo.
Estoy aprendiendo a darles mayor expresividad a los personajes.
Posturas menos rígidas.
Un uso del color y del sombreado más correcto y detallado.
En resumen, un dibujo más adulto y arriesgado con el que estoy disfrutando muchísimo.